El sueño del espectáculo

Todo es redirigido al mismo lugar, al mismo callejón de salida o por lo menos eso pensé.
Tenía algo que arreglar, algo que hacer, en esa sensación ansiosa, de tener que hacer algo, sin saber el que, tenía que recuperarme, no estaba sano.

El tiempo caía sobre mi cuando, me tenía que dirigir al trabajo, aquel que es devorador de almas, algo claro, muy claro que les puedo decir es que aquel trato para volverte famoso, si eso de vender tu alma al diablo es muy cierto.

Desde que era niño me preguntaba cómo se sentiría estar en el escenario, la audiencia aplaudiendo y cantando junto a ti, expresando un sentir colectivo a tu lado y a su vez a kilómetros de distancia. Ellos se llenaban de emoción al ver a su cantante favorito.

Gran parte de mi vida no tuve acceso a la música, al graduarme de la universidad ni siquiera estudie una licencia en musica, en cambio me gradué en arquitectura.

Al decidir de forma independiente, componer mi música, a nadie le gustaba, fue un terrible fracaso, aquello que me hicieron despues en el mundo bajo, en las drogas, me cambio por completo, me enfermo. 
Sentía como mi gran sueño se derrumbaba y que eso nunca iba a ser para mí.

Pasaron años y años, solo me dedicaba a ejercer mi profesión, pero no fue está su presencia misteriosa, de aquel que me ofrecía un trato, una mano, que tenía un truco en la manga, debido a su persuasion fui ciego y me dijo:

- Hemos observado el album que publicaste ¿Hace cuánto? (Observa a su colega)
- Hace 5 años, y nos pareció que su voz tenía un magnífico potencial.
- Venga mañana a nuestra discografia para que la conozca mejor, está ubicada en....

Las palabras se volvieron borrosas de hecho, el pensar que tenía una oportunidad me emociono, me distraía en mis pensamientos, ellos seguían hablando y yo no escuchaba, no tenía mis pies en la tierra y en consecuencia, en el siguiente instante ya estaba firmando sin saber el como habia llegado ahí.

Todo lo prometido se me fue complido, pero no sabía el costo. El dolor y la locura que me perseguía.

El flash de las camaras siempre me aturdió, igual a un chequeo médico de esa lámpara que apunta a mis ojos.
La presión social de comportarme era algo que no me gustaba seguir, pero todo las noticias acerca de mi se volvieron amarillistas y sentí el rechazo del mundo.

Si moría si me equivocaba todo era parte del espectáculo, todo ello me deshumanizaba al cosificarme.
Agarre una pistola y ....

- Manos en alto.
- Se volvió a escapar ese demente.
- Es un peligro para la sociedad.
- Vamos a subirlo a la camilla.

Todos se reían en mi cara, la música de este penthouse era maravillosa cuando llegue, y yo bailaba, era un Joker en el escenario. Y me reía.

- Señor Houston, está listo para tomar su medicamentos.


Elina Márquez Quesada.


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